Caminos

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Rutas de los caminos a Santiago

domingo, 9 de septiembre de 2012

Pedrouzo-Santiago(20,1km)

Pedrouzo-Santiago 20,1kms

Por último, y con estas bonitas líneas, el peregrino Alberto despide este blog.

Unos antes que otros, nos vamos poniendo en marcha temprano con la idea de llegar antes de las 12:00 para poder asistir a la Misa del Peregrino en la Catedral de Santiago. Establecemos nuestro punto de encuentro en Monte do Gozo, pues queremos compartir ese momento tan especial que es entrar en Santiago en compañía. Desde lo alto de este monte el peregrino ve por primera vez, o intuye si la niebla hace acto de presencia, la ciudad de Santiago con las torres de su catedral anunciando el fin de un peregrinar que más que gozo causa pena.
Pena y emoción que empiezan a cristalizar en las lágrimas que van apareciendo en los brillantes ojos de unos peregrinos que han tenido diferentes razones para hacer este largo Camino  que hoy llega a su fin. Caminamos en descenso hacia Santiago y, una vez por sus calles, no dejo de recordar las experiencias vividas durante estos 33 mágicos días. Te veo, Raúl, delante de mí, con tu andar decidido, porque tú también llegas hoy a Santiago, y pienso en las bonitas anécdotas junto a tí vividas y lo mucho que nos han enseñado y de las que tanto hablaremos en el futuro.
Llegar a Santiago también es preguntarse qué es El Camino, y claro está que la respuesta no es llegar, es estar en él, vivirlo, saborearlo, tocarlo, sentirlo, olerlo... Sí, ¡se puede oler El Camino! El Camino huele a tierra, a jara, a madroño, a trigo, a pinos y castaños, a robles, a campos de maíz y de tabaco, a viñas, a cerdos, vacas, caballos y ovejas,a  abubillas, mochuelos, erizos y ciervos, a sol y a lluvia... y huele a personas, a la compañía de unos amigos que quedarán por siempre en el recuerdo de una experiencia tan intensa como esta. Por ello, porque queremos recordarlo así, decidimos entrar en la Plaza del Obradoiro todos juntos, hombro con hombro, abrazándonos y felicitándonos unos a otros, poniendo nuestras mochilas juntas en el centro de la plaza y sentándonos frente a la barroca fachada de su Catedral.
Después de la Misa del Peregrino y el abrazo a Santiago, en el que uno no puede evitar recordar a los más queridos, nos vamos ubicando poco a poco en diferentes hostales y casas privadas. Ya por la tarde-noche nos volvemos a reunir para celebrar nuestra exitosa llegada tomando unas copas en la terraza del Momo y cenando en el Restaurante María Castaña en el centro de la ciudad. Después de la cena, fiesta de peregrinos por las calles y bares de Santiago.
Y llega el momento de las despedidas: abrazos, lágrimas, sonrisas de complicidad, besos, palabras que sobran porque ya hay poco que decir... Nos decimos adiós casi sin querer, con el lógico temor de no volvernos a cruzar en El Camino. Por ello, hoy "adiós" significa un pretendido "hasta pronto".
No nos queda a Raúl y a mí más que agradecerles a todos, turigrinos y peregrinos, por haber formado parte de esta aventura y desearles un ¡BUEN CAMINO! en sus vidas diarias; ahora es momento de que cada uno siga sus propias flechas amarillas...
















sábado, 1 de septiembre de 2012

Melide-Pedrouzo(33 km)

Se acerca el final de esta única e inolvidable aventura. Como era de esperar, a algunos peregrinos del grupo no les queda otra solución que coger el bus hacia Pedrouzo para reunirnos todos allí, como así habíamos planeado.
El camino hacia Pedrouzo, a 33kms, se convierte en una larga y agotadora jornada de constantes subidas y bajadas a través  de minúsculas aldeas y de Arzúa, localidad moderna que ofrece una gran cantidad de servicios al peregrino.
Arzúa, también, es cruce de caminos, los peregrinos que optaron por empezar su ruta hacia Santiago en Irún se unen al Camino Francés en esta localidad o unos kilómetros después, como la peregrina italiana Silvia, experta caminante de intensa y fluida conversación en un inglés con marcado acento italiano que enriqueció mis pasos  con sus experiencias de camino y de vida.
Casual también fue encontrar en Salceda a dos peregrinas libanesas, las dos primeras personas de origen árabe que encuentro en mis tres caminos y con las que tuve oportunidad de practicar mi nivel básico de árabe, aunque no estoy seguro si llego a él, pues aunque ellas comprendían las pocas frases que pude articular, yo, sin embargo, apenas pude comprender lo que ellas me decían a mí, a no ser que me lo repitieran varias veces.
Una vez en el masificado Pedrouzo, decidimis comer pizza todos juntos y comentar las anécdotas de la loca noche melidense. Tengo que reconocer aquí el valor y la fuerza de dos de nuestros amigos peregrinos, Jose y Aitor, que decidieron hacer los 33kms a pie sin apenas haber podido descansar en Melide, una hazaña más a recordar y comentar en el futuro.
En boca de todos el lamento por lo esperado, el fin de El Camino. Algunos ya parecen prever pasos de lágrimas y emotivas despedidas, y así será. Han sido muchos días conviviendo, compartiendo caminos, días, noches, dolores, risas, preocupaciones... Los lazos establecidos entre nosotros son los propios de unas personas que han encajado emocionalmente con una intensidad y rapidez que solo la magia de una experiencia como esta puede conceder.